Llevo horas intentando procesarlo. Pero está ahí. No me lo estoy inventando. Esta mañana, como cualquier otra, me estaba preparando el desayuno. Lo de todos los días: pan tostado, café, mantequilla y mermelada. Pero cuando escarbaba con la cuchara en el bote de mermelada de frambuesas, lo encontré. Pequeño y encarnado, con una textura suave y flexible, como de… plastilina. Sí, un diminuto gato de plastilina chapoteaba en el fondo del tarro de mermelada.
Le ayudé a salir con la punta de la cuchara y le puse entre mis tostadas. No dejaba de relamerse sus patitas mientras maullaba de satisfacción. Aún sigo observándolo… Y creo que me lo voy a quedar.
oh, síiiiiiiiiii!! seguro que ese gatito no me da alergia!! quédatelo, quiero conocerlo la próxima vez que vaya a tu casa!!
ResponderEliminarPero bueno! eso es una cerdada Cloe! Denuncia a Mermeladas Helios!
ResponderEliminarEl tarro era de La vieja fábrica...
ResponderEliminaryo también voto por que te lo quedes!
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